miércoles, 13 de mayo de 2009

EL PROCESS ART (la antiforma)

Robert Morris
Felt, sculpture
Fieltro gris

EL PROCESS ART (la antiforma)

por Roberto Rosique (compilador)

El cuestionamiento de las prácticas minimalistas, impulsado por las reflexiones de los propios artistas participes de ella, además de concretarse e la abstracción excéntrica, lo hizo en otra tendencia de mayor entidad, el Process Art o Antiforma, que tuvo sus primeras manifestaciones, como tal, en dos exposiciones en 1968.

_ En abril de 1968, en el artículo “Anti-Form” Robert Morris salió en defensa de un tipo de escultura en la que la naturaleza de los materiales estuviese de acuerdo con el estado psíquico del creador y con el devenir de la naturaleza, una escultura en la que, por tanto, quedaban enfatizadas las fases de concepción y realización de la obra:

“Para aumentar la presencia psíquica de una obra es necesario dar valor al proceso de auto producción”.

_ Robert Morris partía de la base de que el uso de las formas geométricas simples como el rectángulo, de los materiales rígidos y de los volúmenes unitarios preconcebidos vinculados a la tradición europea de origen cubista estaban absolutamente erosionados. Era preciso adentrarse en el campo de los materiales no rígidos en cuya configuración final, además de la decisión del artista, intervenían principios de la naturaleza tales como la gravedad, la indeterminación, el azar, lo que comportaría que la obra de arte se convirtiera en algo impreciso e imprevisible.

-_ Los trabajos de Robert Morris de fieltro gris ejemplifican estas propuestas, entre cuyos precursores reconocía a Jackson Pollock, Morris Louis y Claes Oldenburg. Según Robert Morís, Pollock había sido el único artista de la generación de expresionistas abstractos que recupera el proceso, concibiéndolo como obra en sí mismo. También M. Louis, vertiendo directamente el color del tubo, puso énfasis en la fluidez de la pintura de tal manera que las formas y el orden quedaban configurados a posteriori, al margen de cualquier preconcepción. C. Oldenburg, por su parte, había iniciado la vía de los materiales blandos, abandonando conceptos tan caros al arte como los de perdurabilidad, dureza, peso y estabilidad.

Con tales antecedentes, a los que cabría añadir, según Barbara Rose, las Combine paintings de Robert Raushenberg y los happenings de A. Kaprow, Robert Morris reivindicó la manipulación directa del material, así como la preeminencia, o lo que es lo mismo, el dejar hacer —en realidad crear— de la gravedad, la cual según Morris “Conduce a formas que no han sido proyectadas de antemano, formas de ordenación casual e imprecisa. Unas formas, efectivamente, en las que la indeterminación y el azar afectan el orden de lo establecido y de lo preconcebido y en las que la composición creativa se reduce al amontonamiento aleatorio o al hacinamiento descuidado

-_ A consecuencia del artículo de Robert Morris, la galería neoyorquina John Gibson presentó en 1968 la exposición Antiform reuniendo el trabajo de algunos creadores, como Eva Hesse y Keith Sonnier, considerados dos años antes como excéntricos por Lucy R. Lippard y el de otros que prácticamente hacían su primera aparición en la escena artística: Panamarenko, Robert Rayman, Alan Saret, Richard Serra y Richard Tuttle. Poco después de concluir la muestra Robert Morris, que no había sido invitado a participar en ella, respondió organizando en la galería Leo Castelli la exposición Nine at Leo Castelli con artistas europeos (Giovanni Anselmo, Gilberto Zorio) y norteamericanos (Eva Hesse, Bruce Nauman, Richard Serra, Keith Sonnier, Alan Saret y él mismo) que mostraban los principios de la antiforma con trabajos a gran escala a partir de materiales industriales (neón, acero) y en estado bruto (tela metálica, látex, plomo fundido, fieltro).

-Respecto a la exposición que asentó al arte minimal, Primary Structures, la muestra presentada en Leo Castelli Warehouse denotaba un profundo cambio en lo que a comportamiento espacial, densidad y abstracción de la obra artística se refiere. Si bien se podía llegar a ser tan monumental como los minimalistas, las nuevas obras dejaban de asociarse a la arquitectura o al mobiliario para acercarse a lo pictórico desde una valoración de lo táctil, lo frágil, lo caduco e incluso, lo íntimo

-Las salpicaduras de plomo de Serra o los fragmentos de látex aterciopelados de Sonnier, que trataban el muro como una superficie pictórica eran ejemplos de cómo marcas y salpicaduras adquirían una presencia tridimensional imprecisa cercana a la de la pintura de acción, pero de la que se alejaban por su total indiferencia ante el egocentrismo del gesto del autor

-La antiforma, en tanto que proceso en el tiempo y obra sujeta a destrucción o regeneración, no sólo recibió el apoyo de galeristas como Leo Castelli, Jonh Gibson y John Webwer, sino el de las instituciones. De ello es paradigmático el hecho de que 1969 Marcia Tucker y James Monte, conservadores del Witney Museum of American Art de Nueva York, presentasen la exposición Anti-iIlusion: Procedures/Materials, con una selección de artistas que con anterioridad habían participado en Eccentric Abstraction, Nine at Leo Castelli y Antiform: Carl Andre, Barry Le Va. Robert Morris, Bruce Nauman, Richard Serra, Joel Shapiro, Keith Sonnier, Asher, Robert Rayman, Richard Tuttle y otros.

-Los comisarios de Anti-Illusion: Procedures/Materials pusieron el acento de su proyecto en el hecho de concebir y ejecutar las obras in situ, lo cual hizo que en los días previos a la inauguración las salas del museo se convirtiesen en verdaderos talleres de artista. Esa incorporación del tiempo en el discurso de la obra, incorporación que revelaba el proceso creativo, el buscado diálogo obra/espacio, y el concepto de perecedero o intrasportable, se concretó en propuestas que, ante todo, exaltaban las cualidades táctiles y la naturaleza física de los distintos materiales, algunos deliberadamente inelegantes y humildes (látex líquido, neón, vidrio, plomo, hielo, hojas secas, etc.) y despreciaban por completo la noción de estilo (la crítica fue unánime al reconocer que las piezas exhibidas eran poco notables como “ofertas estilísticas”).

-En Europa el movimiento de la antiforma, asociado con algunas tendencias surgidas a finales de los años sesenta, como el arte Povera, el Eartkwork y el arte Conceptual, se presentó en marzo de 1969 en dos exposiciones prácticamente simultaneas, una celebrada en Berna (When Attitudes, Become Form: Works-Concepts-Processes-Situations-Information. Live in yuor head) y otra en Amsterdam (Op Loss Schroeven: Situaties En Cryptostructuren. Square Pegs in Round Holes)


Referencias:

  • Berger, Maurice. Labyrinths: Robert Morris, Minimalism, and the 1960s, New York: Harper & Row, 1989
  1. http://www.guggenheimcollection.org/site/glossary_Process_art.html (accessed: Thursday, March 15, 2007)
  2. http://www.artandculture.com/cgi-bin/WebObjects/ACLive.woa/wa/movement?id=1037 (accessed: Thursday, March 15, 2007)
  3. http://www.ackland.org/art/exhibitions/buddhistart/construction.htm (accessed: Monday, December 22, 2008)

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Saludos y gracias por tus publicaciones. ¿por qué no pones en las referencias el libro de Anna María Guash que citas textualmente en varias ocasiones?
    Lo se porque estoy haciendo un ensayo sobre un capítulo y buscando infromación complementaria me encontré con tu página.

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