miércoles, 20 de mayo de 2009

APROPIACIONISMO

Sherrie Levine, «After Walker Evans», 1981
Untitled |
© Sherrie Levine

APROPIACIONISMO

por Roberto Rosique (compilador)

En la escena artística norteamericana de los primeros años ochenta se dieron diversas tendencias con un denominador común: superar los límites impuestos por la austeridad teórica de los últimos episodios de la modernidad (minimalismo, arte conceptual) y propiciar un retorno a la pintura y, más específicamente, a la imagen y a su potencial narrativo.

En el proceso de rematerialización, respuesta a desmaterialización llevada a cabo por el arte conceptual, la pintura empezó a ser entendida como pantalla neutra en la que proyectar un mundo de imágenes, en ningún caso fruto de un proceso de representación sino de presentación. El crítico Douglas Crimp responsable de Pictures planteó tempranamente este proceso, en la que invitó a participar a artistas que en ningún caso trabajaban con imágenes originales de la realidad o fruto de la imaginación, sino con imágenes apropiadas directamente de otras imágenes que reflejaban el mundo circundante con el que consecuentemente, mantenían un intenso diálogo de significaciones. Esto era lo que hacían, por ejemplo, Troy Brauntuch, Jack Goldstein, Sherrie Levine, Robert Longo y Philip Smith, que eliminaban el significado primigenio de fotografías publicitarias, de tomas televisivas o cinematográficas e incluso de imágenes procedentes de la propia historia del arte para otorgarles uno absolutamente nuevo.

En el texto del catálogo de Pictures, D. Crimp significaba la elección del término Picture (imagen) tanto por la capacidad comunicativa de las imágenes —en todos los casos reconocibles— como paradójicamente, por su capacidad de sugerir ambigüedades:

“En su acepción coloquial, la palabra imagen (picture) carece de connotación específica; un libro de imágenes puede contener dibujos o fotografías y, en el lenguaje corriente, un óleo, un dibujo o una lámina son a menudo denominados imágenes. Asmismo, imaginar (picture) como verbo, puede referirse tanto a un proceso mental como a la creación de un objeto artístico”

Douglas Crimp

Como para Douglas Crimp, para Thomas Lawson, que consideraban la propuesta American Painting: The Eighties de Bárbara Rose como una “procesión a modo de funeral de cansinos clichés, un proyecto que, como todo proyecto moderno, se convertía en declarativo, en el sentido de que se movía en la era del manifiesto, de la declaración programática del artista”, ésta última decadente secuela del espítiru formalista absolutamente desacreditado tan sólo podía ser superada por la fotografía, un arte que había restaurado la idea de distancia estética como valor y como medio para generar un proceso de apropiación:

“Nosotros conocemos la vida real tal como aparece representada en filmes y videos. Todos estamos implicados en un espectáculo de satisfacción que en último término acaba siendo alienante. En todas estas manifestaciones, la cámara es nuestro dios”

Thomas Lawson Last exit: Painting,Artforum, oct. 1981, p.47.


En la pintura apropiacionista se dio, pues, un proceso por el que imágenes muy familiares y emblemáticas, alegóricas, en definitiva, se hacían opacas y distantes respecto a sus orígenes hasta el punto que su significado pasaba a ser precisamente esa distancia.



Referencias:


1 comentario:

  1. Estoy estudiando una materia con el mismo nombre en argentina y estamops viendo algunos de estos temas. el blog me viene barbaro para estudiar, muchas gracias!

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